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Assilah, la Perla del Atlántico

El océano Atlántico está completamente en calma, bajo un sol espléndido y una ligera brisa marinera en la que se mecen las gaviotas. El atardecer me ha sorprendido en el muelle de la Medina de Assilah, rodeada de sus antiguas murallas de piedra y casas blancas y azules. La gente del pueblo se congrega en estos muros a charlar y comer frutos secos. De todos los lugares que he visitado en Marruecos reconozco que esta pequeña Assilah es de los que más me han gustado.

La Perla del Atlántico

Situada a 46 kilómetros al sur de Tánger, apenas se tarda media hora en taxi, aunque también se puede ir en tren de manera rápida y económica. La antigua media de Assilah está rodeada de palmeras y una muralla del S.XV, de la época portuguesa, mandada construir por el rey Alfonso V para protegerla de los ataques corsarios y bereberes. De esos tiempos también se conservan torreones defensivos y cañones, que da una idea de la importancia estratégica de esta ciudad tan cerca del Estrecho.

Playa de Assilah

Assilah hoy es conocida como “la Perla del Atlántico”, ya que conserva su entramado y su encanto. Un lugar de veraneo favorito tanto para marroquíes como extranjeros, que buscan la tranquilidad de sus callejuelas llenas de rinconcitos. Sus playas de arena blanca y fina, así como las aguas limpias del océano. Tiendas de souvenirs donde practicar el arte del regateo o un bote de extrañas especias para intensificar nuestras recetas.

¿Dónde alojarse en Assilah? 

Hostales baratos hay bastantes en las inmediaciones de las murallas, cerca de su mercado. Otra opción es alquilar una casa dentro de la medina en los diversos portales que hay en Internet. En nuestro caso conseguimos una preciosa y tradicional, con terraza y patio decorados al estilo marroquí. Esto nos permitió comprar comida en el mercado y desayunar en la casa. El pan de horno de Marruecos está riquísimo, así como las naranjas del mercado.

¿Qué comer en Assilah?

Junto a la entrada principal de la muralla se agolpan los restaurantes más turísticos y para guiris, como el Casa Pepe o el Café La Place, donde por cierto vimos a Gran Wyoming. La comida es de gran calidad y además tienen cerveza, el inconveniente es que a precio español. ¿Dónde comen los marroquíes? Detrás de la muralla hay terrazas que también sirven deliciosos cous-cous, tajine, pescados… A precio mucho más económico. Pero, eso sí, sin cerveza. ¡No dejes de tomar un té de menta! Reconozco que soy adicta.

¿Qué ver en los alrededores?

Assilah es un buen punto de referencia para hacer excursiones a los alrededores: perderse por la medina de la turística Tánger. Acercarse hasta la mucho menos masificada de Tetuán. O las ruinas de la ciudad romana Lixus, en una verde colina a la entrada de Larache.

Por la Medina de Tetuán

El cercano pueblo de Larache resulta muy auténtico, bastante más descuidado que Assilah pero a mí me sorprendió gratamente: un puerto donde venden pescado barato y que lo hacen al momento. Varios edificios como su castillo de la época del Protectorado Español y sobre todo sus laberínticas callejuelas, blancas y azules, donde parece que la vida se ha detenido. Esto es Marruecos profundo y pueden suceder encuentros tan agradables como el que un señor te invite a su casa a tomar el té.

Y así, con esta bella experiencia, ¿os extraña que vuelva enamorada de Marruecos? ¿Que sea un destino al que quiero regresar una y otra vez?